16 de julio 20:00: NO a la ganadería industrial

 

Salud y ganadería industrial son dos conceptos enfrentados. El informe de la intensivista Ángela Prado Mira nos alerta de los serios peligros para la salud humana de la ganadería industrial. Las implicaciones de las macrogranjas porcinas en la producción de enfermedades pueden resumirse en los siguientes puntos, extraídos del citado informe:

Resistencia a los antibióticos:

Para acelerar la ganancia de peso en los animales y prevenir enfermedades, muchas granjas de cría intensiva suministran antibióticos a los animales.

Si se administran antibióticos de forma indiscriminada a los animales destinados al consumo humano, estos animales desarrollarán cepas comensales resistentes a los antibióticos, que posteriormente podrían pasar al ser humano a través de los diferentes productos alimentarios.

Las bacterias comensales encontradas en el ganado con frecuencia están presentes en productos cárnicos frescos [...] Debido a que el proceso de digestión de los animales no degrada todos estos medicamentos, los residuos de los antibióticos pueden ser transferidos al ambiente cuando el excremento es rociado sobre tierras agrícolas, y han sido encontrados en el suelo y en la superficie del agua cerca de las granjas porcinas de cría intensiva.

En general, la ganadería industrial utiliza muchos más antibióticos que la medicina humana, y se trata de antibióticos estructuralmente similares a los empleados en humanos. […] Si no se resuelve el problema de la resistencia antibiótica, encontraremos en el futuro más muertes en personas por bacterias mutadas e inmunes a cualquier antibiótico que por cáncer o por accidentes de tráfico.

Las zoonosis:

Zoonosis es cualquier enfermedad propia de los animales que puede comunicarse a las personas. Existen un gran número de enfermedades del cerdo que pueden ser transmitidas a los humanos y en los últimos años se ha visto que algunos virus son capaces de saltar la barrera interespecie. Entre las zoonosis relacionadas con el ganado porcino, cabría destacar encefalitis japonesa, encefalomiocarditis, hepatitis E, influenza porcina, enfermedad de Aujeszky, rotavirus (tipos A-B-C), norovirus, sapovirus, la salmonella, escherichia coli, equinococosis-hidatidosis, Taenia solium- cisticercosis, trichinella spiralis y toxoplasma.

Otros vectores de interés:

La proliferación de moscas, mosquitos y roedores puede actuar como vector de transmisión de enfermedades.

La salud de los trabajadores:

Los trabajadores de las granjas intensivas están expuestos regularmente a la inhalación de partículas y gases, como el amonio y el sulfuro de hidrógeno, a concentraciones que pueden resultar peligrosas […] De hecho, un importante porcentaje de los trabajadores de las granjas porcinas sufren uno o más síntomas de irritación o enfermedad pulmonar crónica. Además, pueden padecer irritación ocular, resequedad de la piel, irritación de los ojos, náuseas, trastornos cardiovasculares, dolores de cabeza y tos crónica.

Si deseas una información más completa, puedes consultar el informe completo.

NOTA: El texto en cursiva ha sido copiado textualmente del citado informe.