El pasado 6 de Julio, se produjo una reunión en la que participó la Confederación Hidrográfica del Júcar y su comisario de Aguas, la Consejería de Medio Ambiente de Castilla la Mancha, su delegada en Albacete, agentes medioambientales, el director del Parque Natural Hoces del Cabriel, la presidenta de la Mancomunidad de la Manchuela y alcaldesa de Villatoya, ACEM-Ecologistas en Acción de la Manchuela, el concejal por el PSOE de Casas Ibáñez y la Plataforma Salvemos el Cabriel. Se decidió establecer un grupo de trabajo, al que se invitará a las empresas de multiaventura, para elaborar un estudio medioambiental de la zona. El estudio analizará la capacidad de carga sostenible del río Cabriel, tras establecerla, diferenciará períodos y delimitará tramos de río de uso público y otros con prioridad de conservación. Y, por último, intentará redirigir las actividades hacia el conocimiento del ecosistema del río y a la sensibilización. El informe se trasladará a la CHJ para regular formalmente el paso de embarcaciones y las licencias. El director del Parque se comprometió, como medida inmediata, transitoria, necesaria, aunque insuficiente, previa a dicho informe, a una regulación de control de las personas que van en las embarcaciones de las empresas de multiaventura autorizadas.
Dese ACEM, valoramos positivamente el que cada vez seamos más las personas sensibilizadas y dispuestas a presionar por este tema. Asimismo, estas medidas, las cuales venimos exigiendo desde hace tiempo, las consideramos extrapolables al Júcar, donde la situación es análoga. Pero, ¿por qué no se ha regulado todavía, ni mínimamente, cuando se conoce el problema al menos desde la reunión del año pasado?
El despropósito de no gestión (sin regulación o sin hacerla cumplir) de dichas actividades continúa degradando esta joya natural que es el Cabriel. Esta dejación, por parte de la CHJ y la Consejería de Medio Ambiente, supone un dictamen contra el río y la naturaleza. Es urgente y necesaria la restricción severa de dichas actividades, incompatibles con el buen funcionamiento del ecosistema.
Con respecto al diseño del plan, no nos parece que las empresas de multiaventura, las cuales han demostrado un interés nulo por salvaguardar los valores ecológicos de la zona, deban de tener peso en el diseño del mismo, pues es como poner al lobo a cuidar las ovejas.
Además de una nueva regulación, resulta urgente y muy importante desterrar esta cultura de la naturaleza como parque de atracciones, lo que pasa, inexcusablemente, por una profunda y constante educación ambiental.