El 3 de noviembre saltó la primera noticia a nuestros móviles de que se iban a iniciar los trámites para la construcción, en las afueras de nuestro pueblo, de una macrogranja porcina de 13.440 lechones. Las noticias en estos tiempos vuelan de un grupo a otro y muchos de nosotros nos empezamos a mosquear. "Pero...¿eso no era lo que querían hacer en Villamalea?", "Oye, que en las Navas por lo visto hay prevista otra", "¿Y en Quintanar? Allí querían poner otra y dicen que se echó el pueblo a la calle hasta que la pararon". No se hablaba de otra cosa.
Hoy por hoy, la información también está al alcance de todos y, con solo un par de búsquedas por internet, ya nos dimos cuenta de que nuestros temores eran ciertos. Contactamos con la plataforma Stop Macrogranjas y con Ecologistas en Acción y ambos coincidieron en que el proyecto se podría parar si nos juntábamos todo el pueblo a una. Así nació la Plataforma Rural Por Cenizate.
Tuvimos una reunión con el ayuntamiento, nos confirmaron que ellos tampoco estaban al tanto de la repercusión ambiental que conlleva este modelo de negocio, y se posicionaron totalmente en contra, comenzando a redactar una ordenanza para impedirlo cuanto antes. Es muy importante transmitir toda la información posible a todo el pueblo para que comprendamos los problemas futuros que esta industria puede traernos. Es algo complejo, porque, debido a la situación excepcional por el Covid-19, no podemos hacer todas las reuniones que quisiéramos, así que optamos por el buzoneo, el boca a boca, las redes sociales y las charlas online.
Comenzamos una campaña de recogida de firmas, tanto físicas como online, y organizamos una manifestación, el 20 de diciembre. Además, conforme vimos la petición de permiso para hacer el pozo, mandamos alegaciones para mostrar nuestra disconformidad. También contra la petición de ampliación de otra de las granjas ya existentes.
¡No es ninguna broma! Las grandes empresas del sector cárnico, como Incarlopsa, el Grupo Fuertes (El Pozo) y el Grupo Sanchiz, han apostado fuertemente por la implantación de cada vez más “proyectos” en en toda Castilla – La Mancha, con el beneplácito de algunos ayuntamientos.
Y es que...¡formamos parte de un plan para enriquecer a unos pocos a costa de la salud de miles de personas! ¿Dónde las ponen? En pueblos pequeños sin ordenanza y sin recursos para luchar. No les importamos nada, pero están dando en piedra.
Por suerte, el pasado 3 de diciembre, desde la Diputación se aprobó una moción conjunta de PP, PSOE, C's y Podemos posicionándose en contra y ofreciendo ayuda a los ayuntamientos para que se blinden contra estas empresas. Aún así, nuestro problema aún no está resuelto y tenemos que luchar para que no avance.
Para hacernos una idea de los problemas medioambientales que una construcción así supone: un solo cerdo produce cuatro veces más desechos que un ser humano. En una granja tradicional, se combinan ganadería y agricultura, aprovechando los desechos para “abonar” los cultivos. En cambio, en una macrogranja porcina la cantidad de excremento supera la capacidad del terreno cercano para absorberlo.
Estos desechos son los llamados purines y deben ser tratados para hacer un buen aprovechamientos, sin embargo en la práctica se rocían, esparcen o inyectan directamente sin tratar en los terrenos, contaminando tanto el suelo como los acuíferos y ríos o el aire.