Sirva esta fábula distópica, del programa de radio Vallekas, Apocalipsis Nau, como inicio de nuestra reflexión:
Uno de los elementos fundamentales para la fabricación de los coches eléctricos es el litio. La extracción de este mineral provoca grandes impactos ambientales, los cuales adquirirán enormes dimensiones, si intentamos cambiar todo nuestro parque móvil por coches eléctricos. Así, el hechizo del progreso nos hace pensar que es el coche eléctrico, y no un cambio en nuestra movilidad, la solución a la emergencia climática.
Estas explotaciones mineras se concentrarán principalmente en los países del Sur y en las zonas rurales despobladas. Serán los espacios marginales del sistema capitalista los sacrificados en pos de la supuesta salida a la crisis climática.
La misma lógica rige la minería a cielo abierto y las diversas prácticas extractivas ya instaladas en nuestros pueblos (macrogranjas, grandes regadíos, monocultivos, macrohuertos solares, parques eólicos gigantes…). Todas ellas tienen en común la explotación de los territorios con el único fin del máximo beneficio económico. Una visión sustentada en la idea de la naturaleza como espacio de negocio y lucro.
Solo despertar a la ecodependencia y un cambio radical en nuestro estilo de vida pueden ser soluciones efectivas frente a los escenarios futuros.
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