Entrevista a Quinci (Parte I): Agricultura Campesina

 

Entrevistamos a Quinciano  Borja Gómez, campesino de Villamalea.

¿A qué te dedicas?

A intentar conservar un modelo agrícola campesino, que está desapareciendo.

¿Cómo es ese modelo agrícola campesino que quieres conservar?

Familiar, sostenible, respetuoso, que tiene en cuenta muchos más factores que el económico y el productivo. Es el modelo agrícola que ha sustentado a los pueblos durante siglos, lejos del modelo actual productivista, extractivista, hipermecanizado y que, desde mi punto de vista, tiene poco futuro.

¿Se puede vivir de este modelo agrícola campesino del que nos hablas?

Sí, se puede vivir de esta forma. Una de las cosas importantes es romper con el monocultivo. Una campesina tiene un poco de todo: viña, cereal, olivo, …, e incluso ganado. De esta manera, si se tiene una mala cosecha en los olivos, se puede tener un buen año en la viña… En cambio, el modelo agrícola industrial está siempre en el filo de la navaja, depende de todo y de todos. Frente a lo que pueda parecer hoy, el monocultivo empobrece y la diversidad es riqueza.

Vamos a aterrizar lo dicho, ¿qué cultivos tienes tú?

Tengo tres cultivos a muy pequeña escala, ya que no es mi principal fuente de ingresos. Tengo unas hectáreas de viña, algunos olivos y un huerto para producir todas las verduras que consumo a lo largo del año. Los tres son perfectamente compatibles, ya que los periodos de labor son diferentes. Durante todo el año, tienes que dedicar tiempo a estos cultivos, pero en momentos distintos.

¿Es necesario regar estos cultivos?

Excepto el huerto, tradicionalmente estos cultivos son típicamente de secano, aunque ahora se ha puesto de moda regarlos. Así se están consiguiendo superproducciones, que provocan que los precios estén cayendo de una manera insostenible, incluso para los agricultores que tienen grandes extensiones.

Además, estos cultivos tradicionales sin riego han perdurado durante generaciones, mientras que los cultivos industriales no viven más allá de 20 o 30 años.

¿Por qué al regarlos baja el precio del producto?

Cuando a un cultivo le aportas agua, puede llegar a triplicar su producción. Esto supone excedentes que has de sacar al mercado a un precio que apenas cubre gastos.

En definitiva, utilizamos un recurso vital y cada vez más escaso, como es el agua, en invadir el mercado de productos excedentarios, que luego es muy problemático colocar en el mercado.

Es asombroso lo que está pasando con el agua en este país. La agricultura y la ganadería industrial son los grandes consumidores, a los que se les permite gastarla como si las reservas se recargaran por arte de magia. Y lo peor de todo es que parece que nadie quiera poner un poco de juicio en este disparate.

¿Usas fertilizantes o fitosanitarios?

Fertilizantes, sí. Fertilizante es todo aquello que se le aporta al suelo para que la planta lo pueda utilizar como nutriente. Pero es diferente un fertilizante natural a otro de origen químico, que no alimenta el suelo sino directamente a la planta. Yo aquí lo que utilizo es resto de poda triturado y estiércol.

En cuanto a productos químicos, absolutamente nada. No tengo grandes problemas de plagas. El único problema, en la viña, puede ser, en determinadas variedades, no en todas, el hongo oídio. Se combate fácilmente con productos naturales como el azufre, la cola de caballo, el suero de leche, bicarbonato…

¿Por qué no tienes grandes problemas con las plagas?

Evidentemente, cuando tú sometes a una planta a un sobreesfuerzo para producir más, la sometes a un stress, con lo que esa planta está mucho más sensible a todo tipo de enfermedades. Por lo que tienes que echar mano de todos esos productos químicos, para combatir esas plagas y enfermedades que tú mismo le estás provocando.

La forma de cultivar la viña en secano y en ecológico es no sobrecargar la planta, es decir no dejarle más carga de la cuenta para que produzca más cosecha. Además de, casi prácticamente, mimar la planta. Mantenerla aireada, limpia de un exceso de vegetación…Tal y como se ha hecho, al menos por esta zona, toda la vida, un cuidado casi meticuloso. Es dedicar tiempo a los cultivos, no es, por el contrario, considerar al cultivo como algo muy productivo, al que no se le dedica mucho más tiempo que estar en un tractor aplicándole herbicidas, fungicidas e insecticidas.

Explica en más detalle, ¿por qué la agricultura industrial en muy dependiente?

La agricultura industrial es una forma de producir alimentos para no se sabe qué. Bueno, para el mercado. Pero, ¿y cuándo el mercado ya no quiera tus alimentos porque este está saturado? ¿Qué haces? Vamos, que es lo que está ocurriendo ahora. Han bajado los precios. Salimos a protestar con toda la maquinaria y no sabemos por qué. Y la gente te dice “tengo que producir muchos alimentos porque tengo que ser competitivo”. ¿Competitivo? ¿Contra quién tienes que competir? Porque como sea contra el mercado, date por jodido. Ya has perdido la competición, porque el mercado no conoce a nada ni a nadie. Aún no nos hemos dado cuenta que, cualquiera que sea la competición, siempre son muy pocos los ganadores y muy muchos los perdedores.

No se dan cuenta de que, ahora, son generadores de mucho dinero. La agricultura genera mucho dinero, pero no se preguntan a dónde va a parar ese dinero. Evidentemente, a los agricultores y al territorio, no. Para que nos hagamos una idea, la mayoría de todos los recursos económicos que se generan en el mundo rural, retornan directamente a los polígonos industriales de las grandes ciudades.

 Para producir mucho y ser competitivo tengo que ser dependiente. Tengo que comprar sus productos químicos, su maquinaria, su combustible… porque si no, no sé cultivar. Esta es una cuestión muy grave. Es una dependencia total y absoluta. Te deja completamente en manos de este mercado que especula y juega con las cosas de comer.

El cambio climático está aquí para quedarse, ¿cambian las prácticas agrícolas con el cambio climático, tenemos que aprender nuevas prácticas, el conocimiento que tenemos nos permite salvaguardar nuestros cultivos del cambio climático?

Las prácticas no cambian, lo que cambia son los plazos en los que se hace cada labor. Si hace más calor y las viñas brotan antes, te tienes que adaptar a ese cambio. El problema se da cuando no tenemos cultivos adaptados. Tú puedes cambiar tus tiempos, pero si no tienes el cultivo adaptado, ahí lo vas a pasar mal.

Cosas útiles que se pueden hacer: recuperar todas las variedades que han estado tradicionalmente adaptadas a esos territorios, ya que son las únicas que podrían adaptarse, con la rapidez que vamos a necesitar, a todos esos cambios. Por el contrario, se están introduciendo otras variedades con otros tipos de exigencias, más agua, por ejemplo, cuando se supone que las lluvias van a ser cada vez más escasas, por lo que cuando el agua escasee estas variedades lo van a pasar mal.

También muy importante el aporte de materia orgánica al suelo, ya que ayuda a retener agua. El uso de los fertilizantes químicos provoca que los suelos estén cada vez más expuestos a ese cambio climático. Cuidar el suelo tiene que formar parte de la estrategia para adaptarse a esos cambios.

¿Qué le dirías a la gente que está con ganas de practicar una agricultura campesina?

Hay que reconocer que puede ser muy complicado, si estás solo. Hay que estar muy convencido, además de buscar a otra gente que quiera vivir de la agricultura tradicional, crear estrategias, asociarse y cooperativizar. E insisto, hay que estar muy convencido de que este es tu modelo.

Algo más para terminar…

El futuro de la agricultura y la ganadería es mirar al pasado. Mirar al pasado sin despreciar ni la ciencia ni los avances ni todo lo que conlleva la modernidad, pero la base fundamental tiene que ser mirar al pasado. Diez mil años nos abalan. ¿Puede decir eso la agroindustria?