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LA BELLA DAMA

También se le conoce popularmente como escabiosa, palabra que deriva de su nombre en latín medieval y que viene a significar “áspero”. Según algunos, hace referencia a que antiguamente se emplearía para tratar la sarna, enfermedad producida por un ácaro (Sarcoptes scabiei) que se introduce bajo la piel escavando galerías y provocando un picor irritante. Según otros, el nombre de escabiosa se refiere a la aspereza de la planta.

La escabiosa es una planta adaptable, que gusta de terrenos removidos y ricos en nitrógeno, por lo que resulta fácil de localizar en ribazos, cunetas y herbazales gracias a sus llamativas flores que pueden verse desde abril hasta junio en nuestra comarca.

La “flor” es en realidad lo que los botánicos llaman una “inflorescencia”, es decir, un grupo numerosos de flores diminutas que forman una estructura única y llamativa. Tienen un color rosado a violeta pálido, siendo las florecillas del centro de la inflorescencia más claras que las del exterior.

El fruto de cada una de las florecillas es un “aquenio”, es decir, una semilla dotada de una membrana que recuerda a un paracaídas, lo que le permitirá ser arrastrada por el viento.

La bella dama ha dado lugar a variedades de jardinería de inflorescencias mayores, con colores más intensos.

Las escabiosas se han utilizado para lavar heridas y para bajar la fiebre. En la Inglaterra victoriana, las viudas se prendían una de estas flores en el vestido para manifestar su duelo, motivo por el que allí se le llama “flor de la viuda”.

En esta primavera de 2020, las abundantes lluvias han vestido de bellas damas los campos de La Manchuela. Disfrutémoslas en nuestros paseos y dejémoslas en su sitio para que sirvan de alimento a la multitud de insectos que viven de las flores. Y recuerda, las plantas silvestres alimentan biodiversidad, protegen nuestros cultivos y son vitales para la fauna.

NO EXISTEN MALAS HIERBAS, SINO MIRADAS INTERESADAS.

¡PROTEGE LOS RIBAZOS Y LOS HERBAZALES!