La libertad, todos la citamos para defender nuestro derecho a pensar, decir o hacer lo que consideremos, en fin, a tener capacidad para actuar por voluntad propia. Como somos ciudadanos libres, eso nos permite hacer lo que a cada uno le gusta, al que le gusta leer, lee, al que le gusta ver películas va al cine o las ve en una plataforma, al que le gusta el mar, va a la playa, y así hasta el infinito de posibilidades. Entonces al que le gusta ir en moto por el campo, y quiere hacer motocross campo a través, en nombre de su libertad cree que tiene derecho a hacerlo. El problema de la libertad, es que cada uno tenemos una noción diferente de lo que es, y lo que para mí es libertad, para tí no lo es, e incluso mi libertad puede afectar los derechos de otras personas.
Lo que son divagaciones, se pueden trasladar a casos concretos. Cuando uno va por el monte, ya sea nuestro entorno cercano a los pueblos de la Manchuela, o en los parajes más recónditos del valle del Cabriel o del Júcar, es fácil ver nuevos caminos abiertos por las motos por medio del monte. Lo que puede parecer una inocente diversión de alguien que le gusta ir campo a través, puede tener un grave impacto sobre el medio natural. Primero son los procesos erosivos que se producen por las rodadas de los vehículos, incluidas las bicicletas de montaña, por otro lado, están las molestias que se producen a la fauna y los daños a la vegetación.
Una especie enigmática y poco conocida, el chotacabras, viene a la Manchuela a pasar todas las primaveras y veranos con nosotros para sacar adelante una nueva generación. El chotacabras es un ave insectívora nocturna, extremadamente adaptada a la caza de insectos en vuelo, ojos grandes, silencioso y vaporoso batir de alas y una gran cavidad bucal, con unas delgadas plumas a los lados de su pico, como si fueran bigotes, que dirigen la comida hacia su boca, polillas, mariposas y otros insectos medianos. Su tamaño es algo menor que una paloma, y en la noche se puede escuchar su enigmático canto, o sorprenderlos cuando están posados en los caminos y levantan su vuelo grácilmente con sus grandes alas. Cría en el suelo donde su plumaje mimético, le hace pasar completamente desapercibido. Un prodigio de la adaptación, y como todos los insectívoros muy beneficiosos.
En el Cerro de San Jorge, junto a Casas Ibañez, encuentran un buen lugar de cría, en zonas de monte despejado. Este año en las zonas donde crían habitualmente, las motos han abierto una ruta alterando la tranquilidad que necesitan, y poniendo en riesgo sus nidadas. La libertad de las personas que les gusta circular en moto campo a través, choca con el derecho a criar de los chotacabras, y con el derecho que tenemos como sociedad a disfrutar de su visión y de los beneficios que generan como insectívoros. Con toda seguridad, estos motoristas no sabrán que están perjudicando a la fauna, no sabrán que existe un ave que se llama chotacabras, e incluso se reirán de su nombre, que viene de la falsa creencia que tenían los pastores, que pensaban que chupaban la leche del ganado, cuando los veían en las horas crepusculares, volando entre las patas de sus animales mientras estaban cazando ágilmente los insectos que levantan las ovejas y cabras.
Con seguridad este año donde ahora circulan motos y bicis, no criaran los chotacabras donde otros años lo hacían. Esto no significa, ni mucho menos que esta especie vaya a desaparecer, solo pasará que este año habrá menos nacimientos porque unos pocos reivindican su libertad de ir en moto por donde les parece. A estos motoristas les gusta la moto, y el medio ambiente muy poco. Aún más grave es el daño que hacen en otros espacios mas sensibles, cuando circulan bajo los nidos de especies protegidas, como las rapaces, en zonas de barrancos, regueros, manantiales.…. Por eso ya hace muchos años que la normativa ambiental prohíbe la circulación de vehículos campo a través, y los agentes medioambientales y el SEPRONA sanciona a quienes la incumplen.
Esta relación motos y chotacabras, nos puede ayudar a reflexionar en como repercuten todos nuestros actos en el medio ambiente, cada pequeña acción que hacemos tiene un efecto, y tenemos que al menos ser conscientes para intentar reducir nuestra huella.
No existe libertad sin conocimiento, no existe libertad sino va asociada a la responsabilidad, al respeto al derecho ajeno, a respetar los derechos de los otros, de las otras personas, y también de los otros seres vivos.