Llevamos el problema de las macrogranjas a Bruselas

Las diversas asociaciones ecologistas y plataformas ciudadanas llevan tiempo denunciando el modelo de desarrollo rural por el que se ha optado y que ha conllevado consigo un agravamiento de la despoblación junto con unos problemas ambientales y de contaminación crecientes.

El primer gran problema al que nos hemos enfrentado ha tenido que ver a un crecimiento desmesurado de la cabaña ganadera , si sólo hablamos del porcino intensivo, la cabaña prácticamente se ha duplicado desde el 2004, pasando, según datos del ministerio de 35 millones de cabezas a prácticamente 60 millones en el 2021, estas cifras nos colocan como el tercer productor mundial tras China y Estados Unidos y como el primer productor europeo, casi tres puntos por encima de Alemania. En algunas comunidades este crecimiento ha
sido totalmente desproporcionado , como Aragon, con más de 9 millones de cabezas, Cataluña, por encima de los 8 millones, Castilla y León con más de 4 millones, y tras ellos, Andalucía, Murcia y Castilla la Mancha. Tal crecimiento, lejos de propiciar una repoblación del medio rural ha tenido otros efectos:

  • Un crecimiento sostenido de la despoblación en el 80 % de los casos.
  • Un problema creciente de contaminación del aire , de la tierra y de los acuíferos que ya nos ha traído sanciones europeas al no cumplir la normativa marco del agua Europea en lo que a la protección de los acuíferos se refiere.
  • Una concentración de la producción en manos de unas cuantas grandes empresas, el modelo propiciado ha hecho que el 80 por ciento de la producción se haga por el procedimiento de la Integración, que convierte a los dueños de las granjas en falsos autónomos sometidos a una dependencia total de las grandes empresas y corriendo con todos los riesgos financieros y ambientales.
  • Un modelo con una altísima dependencia de los insumos externos y por lo tanto de las energías fósiles, tanto para la fabricación de los piensos como para el transporte y distribución de la producción, modelo propenso a generar una burbuja y sometido a los embates de la incertidumbre del mercado. Que ha aguantado hasta el momento impulsado por el viento del crecimiento y del apoyo de la propia política agraria Europea, de esta ha obtenido jugosas ayudas que lejos de crear tejido social y riqueza distributiva, han creado enormes gigantes capaces de devorar todo el mercado y a los pequeños productores, a la vez que se ha generado un lobby todopoderoso con influencia decisiva en las decisiones que se toman tanto en los gobiernos autonómicos, central y europeo.

El segundo, crecido a la sombra de este , ha sido el de la evolución de las llamadas plantas de biogás. De todos es sabido que la demanda de gas natural ha ido creciendo de manera sostenida desde 1990 hasta duplicarse, ya que el crecimiento económico sólo puede producirse con un consumo creciente de recursos, tanto materiales como energéticos. La guerra de Ucrania y la emergencia climática unidos a la dependencia de Rusia en el suministro de esta energía llevaron a Europa a una carrera desbocada en la búsqueda de nuevas energías con las que poder seguir manteniendo el crecimiento y producción de su industria. Es así como se produce una apuesta por el biometano producido a partir de biogás. Es curioso que en la Unión Europea se produce también en este caso una disociación absoluta entre los acertados análisis que se efectúan de la realidad y las medidas que se acaban aplicando,
totalmente incompatibles con estas. Aquí también existían dos modelos posibles, un modelo descentralizado, de bajo impacto, dónde la producción y consumo se producen en proximidad, se trata de un modelo resiliente, de pequeñas plantas, en el que lo producido se puede consumir a nivel local en forma de calor o de electricidad y por lo tanto muy vinculado al auténtico sentido de la economía circular. Pero el otro modelo, otra vez de concentración de la producción en orden a mantener la competitividad en el mercado y el
abaratamiento de los costes parece ser otra vez el que se está impulsando y apoyando desde las grandes energéticas , que no olvidemos que han sido las causantes de la crisis climática transportadas por las alas del liberalismo económico. Este modelo, impulsado desde Europa y desde el estado Español adolece de numerosos problemas que a la larga lo harán inviable y lesivo para el futuro, se trata de un modelo condenado al fracaso que hará más daño territorial y ambiental del que pretende solucionar. Pasamos a enumerar los
problemas:

1-Genera corrupción a gran escala: la expectativa de recepción de gran cantidad de fondos europeos en forma de subvenciones, tanto a la instalación como a la producción y la falta de control ambiental que ya a día de hoy se produce por falta de efectivos y muchas veces de voluntad , dará lugar a prácticas ilegales de vertidos o de implementar las condiciones impuestas por las autorizaciones ambientales. Numerosos proyectos emergerán simplemente para la captación de subvenciones y sin tener ni siquiera ninguna viabilidad futura. El tratamiento de residuos de los que todo el mundo quiere deshacerse a toda prisa conllevará trasiegos no autorizados y utilización de residuos no rastreables en origen, se crearán redes de corrupción sin lugar a dudas.

2-Generará plantas sobredimensionadas , la progresión está siendo muy rápida, partimos de primeros proyectos que gestionaban 40.000 toneladas de residuos luego a 70.000, más tarde a 100.000 y actualmente nos encontramos con los de 460.000 y 500.000 toneladas. Lo que se vendía como una manera de afrontar los problemas medioambientales se ha convertido en un nicho de negocio en el que para optimizar beneficios se crean instalaciones con enormes problemas de gestión y absolutamente dependientes de que se
generen cantidades ingentes de residuos a su alrededor.

3- Se trata de plantas muy dependientes de las energías fósiles, para alimentarse de esas cantidades de insumos se deben realizar largas distancias de transporte por carretera con una huella de carbono importante. Se trata de modelos de plantas muy compatibles con la concentración de capital y beneficios, con los oligopolios energéticos, pero muy poco compatibles con un concepto real de economía circular. Esta dependencia reseñada las convierte en instalaciones muy frágiles ante la volatilidad del mercado, los objetivos de
reducción de huella de carbono y los costes energéticos de su propio mantenimiento.
Este modelo necesita de una red gasista extensa con problemas de mantenimiento, gestión y fugas, redes que transportan el gas producido muchas veces a cientos de kilómetros. Con él , seguimos asistiendo a una continuación del expolio de los recursos energéticos de la España despoblada para mantener los grandes centros de producción y consumo, más próximos a las grandes urbes. Se trata de una apuesta arriesgada, poco flexible y poco resiliente ante el cambio de escenario que está generando el cambio climático.

4- Se trata de un modelo totalmente dependiente de la ganadería industrial, que se convierte en su principal proveedor de materia prima con cantidades que superan el 80 % de los entrantes. Y no olvidemos que la ganadería industrial es un modelo nada sostenible de cara al futuro por su dependencia de la exportación de carne y la importación de materias primas para los piensos. Este modelo podía acoplar con una economía basada totalmente de la energía fósil pero no con un modelo que opte por la soberanía alimentaria y por reducir la huella de carbono, tal y como marca el preámbulo de la futura ley de restauración de la naturaleza de la unión europea. Este modelo , con la excusa
de solucionar un problema ambiental va a abrir una puerta a un mayor crecimiento de una actividad insostenible como la ganadería industrial, que
ahora se frotará las manos ante la posibilidad de que otro sector se haga cargo de sus problemas con los residuos .

5- Para maximizar los beneficios , no sólo se sobredimensionan las plantas sino que se da entrada a otros residuos que proporcionan alta rentabilidad en la gestión, hablamos de todo tipo de lodos de depuradoras urbanas e industriales, de todo tipo de restos de la industria alimentaria que provienen de largas distancias, se conocen casos de procedencias de más de 400 kilómetros y que se efectúan por carretera. Se trata de insumos que aparte de carga orgánica que sufrirá la respiración y fermentación aeróbica contienen multitud de otros
compuestos en concentraciones menores pero significativas cuando hablamos de grandes volúmenes y de difícil descomposición en los digestores.

6-Si se quiere hacer el proceso más limpio y con menos impacto, se tienen que someter los residuos entrantes como el digerido saliente a una serie de
procesos complejos y con elevado coste energético, hablamos de:

  • Todos los procesos de triturado de la materia vegetal, de higienización o pasteurización a alta temperatura y presión de los Sandach.
  • La separación de fases posterior del digerido 
  • Los procesos de eliminación del nitrógeno a través de tecnologías no completamente eficientes todavía. 
  • Los procesos de eliminación del SH2 
  • Los procesos de captura y licuación del CO2 procedente del proceso de upgrading. Eso si partimos de la base de que no se emita a la atmósfera, ya que se trata de un mínimo del 35 % del gas producido en los digestores ( a veces hasta el 45 %). 
  • Del proceso de secado y compostaje de la fase sólida hasta obtener algo considerado como abono orgánico.
  • En numerosas ocasiones del proceso de licuación del metano obtenido para su transporte y distribución.

Todos estos procesos son la parte débil de las plantas, dónde para abaratar costes se puede optar, como ya existen casos, por no realizarlos de manera completa o directamente no realizarlos. Lo que nos tememos es que muchos de estos procesos dejen de realizarse o se realicen mal ocasionando problemas directamente proporcionales al tamaño de las plantas. No olvidemos tampoco que al agua final saliente del proceso no se le exigen más condiciones que la ausencia de patógenos y no rigen para su vertido las estrictas condiciones que se piden a una depuradora de aguas urbanas.

El tercero , crecido a la sombra de crisis energética ha sido el de las llamadas energías renovables, en el cuál, en vez de optar por un modelo resiliente y descentralizado, democrático y de proximidad , con autoconsumo y pequeñas instalaciones próximas a los lugares de uso de energía, un modelo que sólo requiere de un refuerzo de las redes de distribución, altamente eficiente, con pocas pérdidas, con una tremenda flexibilidad, se ha optado por un modelo fuertemente centralizado, con los centros de producción alejados a veces cientos de kilómetros de los grandes centros de consumo que requiere el establecimiento de una red enorme con nuevos tendidos de alta capacidad y con costes ambientales que recaen sobre la biodiversidad y la autonomía de los diversos municipios, que dejan de poder decidir sobre la gestión de sus términos municipales, y dónde una vez más se produce la identificación entre interés público e interés privado.

Hemos asistido, con una oposición creciente de lo que se ha mal llamado la “España despoblada” a un auténtico expolio de los recursos naturales de la España interior a base de megaproyectos , los cuales han tenido y tienen un escasísimo valor de retorno en términos de beneficio para los lugares dónde se han instalado.

Desde Europa se está olvidando el principio de no regresión en la legislación ambiental en un momento de crisis máxima y en aras de un mal entendido bien común, eufemismo que sólo oculta los intereses de los oligopolios energéticos, se cometen aberraciones medioambientales y expropiaciones difícilmente justificables. La biodiversidad, que tantas páginas ocupa en todas las declaraciones de intenciones europeas, se relega al último lugar ante las presiones de los lobis

POR TODO ELLO, creemos que si se quieren alcanzar objetivos de mitigación climática , hay una serie de decisiones que se deben tomar de manera urgente

  • Una reducción de la cabaña ganadera de manera urgente
  • Optar por un modelo de ganadería más acorde con la soberanía alimentaria
  • Optar por un modelo energético descentralizado y flexible, impulsando el autoconsumo y autoabastecimiento de núcleos pequeños de población
  • Establecer limitaciones urgentes al modelo de plantas de biogás, estableciendo condiciones de distancia de la procedencia de los materiales , estableciendo tamaños en orden a evitar los daños ambientales y molestias a la población. Evitar así aberraciones de macroplantas.
  • Legislar el sector estableciendo una serie de parámetros que deban cumplir las instalaciones en cuanto , tanto a los materiales que entran como a los que salen.