Lo que la burocracia (y no el viento) se llevó

 

Asistimos así a un bucle escheriano dónde una moratoria para contener la aceleración de la ganadería industrial acelera aquello que debía contener. Contiene acelerando y acelera conteniendo. O sea, para entendernos, que en dos meses entran en desarrollo sostenible 5 expedientes casi idénticos gracias a la restricción de la norma.

Vamos! Un despropósito!

Pero como resulta que todo este asunto y todo lo que rodea tiene mucho que ver con la posición totalmente secundaria ( o irrelevante )que para el gobierno castellano manchego tienen las cuestiones ambientales, que para el populista Page se reducen a una utilización hipócrita del lenguaje, vaciando de contenido todo el vocabulario ambiental:  economía circular, sostenibilidad, moratoria, negociación con los sectores sociales. Estamos asistiendo a un cúmulo de desastres de gestión que igualan la consejería de desarrollo sostenible al camarote de los hermanos marx con Groucho Page a la cabeza.

Si por una parte nos quejábamos de unas normas ambientales laxas, a esto hay que añadir que casi nadie las cumple y casi nadie vigila que se haga, nuestras denuncias de dispersiones de purines contrarias a la norma no son contestadas ni se sanciona lo denunciado porque sólo puede sancionarse si algún agente ambiental o del Seprona están presentes en el momento, cosa tan improbable como obtener un premio de la lotería. Por otra nos quejábamos de las trampas que la propia consejería era capaz de hacer para contradecir a la norma estatal y favorecer a las empresas del sector (ahí está nuestra actitud crítica con una moratoria-coladero ). Observamos además una falta absoluta de revisión adecuada por parte de los funcionarios de turno de los proyectos de explotación que son presentados , lo que ha provocado la desfachatez de los promotores y de los que elaboran y firman estudios de evaluación ambiental donde el corta y pega es el recurso más utilizado, dónde falta casi siempre documentación que sólo se pide a veces si median alegaciones por nuestra parte o de otras entidades ecologistas., dónde las confederaciones les regalan un agua que es de todos. Estudios  que en ocasiones como dos recientes de explotaciones en Mira y Aliaguilla llegan a tener el atrevimiento de ser idénticos entre sí palabra por palabra con excepción de algunos datos muy concretos y de algún apartado.

¿Cómo no se va a tener tal atrevimiento cuando se está convencido de que es altamente improbable que quien tiene que controlarlo se lo lea?

Lo que hemos visto en este tiempo de revisión cuidadosa para poder presentar alegaciones nos remite a la displicencia con que se redactan y la displicencia con que se revisan. Nos habla de la inutilidad total de un proceso, el de evaluación ambiental reducido a un trámite puramente burocrático , dónde lo único que se evalúa es la habilidad de unos cuantos para seguir contaminando sorteando las normas y la lógica.

Señores, tenemos al zorro cuidando a las gallinas, las cárnicas marcan el paso y dictan los pasos que se dan con los argumentos del empleo, la riqueza y el desarrollo que todos estamos viendo a dónde nos acabarán llevando, y como si el empleo, la riqueza de la región o el desarrollo de las sociedades les importaran cuanto menos un pimiento. Hipocresía total, y recordamos el significado etimológico de hipocresía, “responder con máscara”.

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