Biología y ecología de los anfibios

1. Introducción

La palabra “anfibio” significa que vive en dos elementos, el medio acuático y el terrestre. Los adultos se desligan del agua en mayor o menor medida según la especie, aunque necesiten volver a ella para completar su ciclo biológico, para reproducirse. Los medios acuáticos en los que se reproducen son muy variados, desde charcas estacionales, fuentes, albercas y acequias hasta ramblas y ríos, teniendo cada especie sus preferencias. Su vida se divide en dos etapas bien diferenciadas, una larvaria, acuática, y la adulta, tras completarse la metamorfosis, más o menos terrestre según la especie.

Los anfibios presentes en nuestro territorio forman parte de dos grupos, anuros y urodelos.

Urodelos


Urodelo significa “cola visible”,y hace alusión a que mantienen la cola durante su vida adulta. Su metamorfosis es poco espectacular, ya que las larvas se parecen mucho a los adultos, con la patente diferencia de la presencia de branquias externas. Algunas especies desarrollan la metamorfosis interna, eclosionando los huevos dentro de la madre, que pare a las crías más o menos desarrolladas, mientras que otras especies son neoténicas, conservan de adultas algunas características larvarias, como las branquias externas. Las larvas tienen alimentación carnívora, capturan invertebrados acuáticos.

Anuros


Anuro significa “sin cola”, y hace referencia a que no presentan cola en la fase adulta. Su metamorfosis es más compleja; las larvas, llamadas renacuajos, al eclosionar presentan branquias externas, que quedan en pocos días cubiertas en una cámara branquial, su aspecto es redondeado, con una cola larga y comprimida adaptada a la natación. Son herbívoros mayoritariamente, raspan con sus dientecillos y pico la materia vegetal y la filtran, llegando a filtrar hasta ocho veces su volumen corporal en un minuto. Durante la metamorfosis aparecen las patas (primero las traseras, luego las delanteras) se reabsorben la cola y las branquias, aparecen los pulmones y se agrandan la boca y los ojos.

2. Reproducción

Coincide con las épocas de lluvias, otoño y primavera, dependiendo de las distintas especies. Recorren en algunos casos largas distancias para acudir a las zonas de cría, que suelen ser los mismos ecosistemas acuáticos en los que pasaron su etapa larvaria, creando para ello mapas de memoria. Se reúnen en gran número en los años propicios, cantando los machos para atraer a las hembras, y compitiendo para conseguir aparearse. Los machos desarrollan excrecencias córneas en la cara interna de los brazos para agarrar a las hembras firmemente y en algunas especies sacos vocales para amplificar los cantos. La fecundación es externa, el macho agarra a la hembra mediante un abrazo llamado amplexus; si es bajo los brazos de la hembra sería axilar y si es sobre las patas se llama lumbar. En esta postura, conforme la hembra libera los huevos el macho los va fecundando.

Los urodelos no cantan, y su reproducción es también externa, pero en su caso el macho produce un paquete llamado espermatóforo que la hembra recoge y almacena, usandolo en el momento propicio. Mención aparte merecen los sapos parteros, ya que el macho recoge, transporta y mantiene (remojando) los huevos hasta el momento de la eclosión.

2. Diferenciación de especies

  • En La Manchuela solo se encuentra una especie, el gallipato, con lo que no hay posibilidades de confusión. Son de utilidad características como el tamaño, las crestas, forma del extremo de la cola, diseño-coloración y forma-tamaño de los dedos.
  • Las características útiles para la diferenciación son variadas:

    • Espiráculo; orificio de salida del agua, situación y orientación.
    • Ano; situación y tamaño.
    • Posición de ojos y narinas.
    • Disco oral; composición de la boca (papilas, hileras de dientes y pico)
    • Cuerpo y cola; tamaño y forma de ambos, crestas.
    • Diseño y coloración.
  • Una sola familia, salamandridae (salamandras y tritones) en nuestra zona una única especie, el gallipato.
  • El aspecto general del cuerpo encuadra a los anuros en dos tipos morfológicos (no sistemáticos):

    • Las ranas, con aspecto grácil, adaptadas a la natación y el salto, brazos pequeños y patas largas, se encuadrarían aquí la rana común, el sapillo moteado y el sapillo pintojo.



    • Los sapos, de aspecto rechoncho y con brazos y patas de tamaño similar, aquí tendríamos al resto, los sapos común y corredor, el de espuelas y los parteros.



    Para diferenciarlos se atiende a las siguientes características:

    • Tubérculos palmares y articulares; especie de verrugas en la palma de las manos y pies, número, posición y tamaño.
    • Ojos, tamaño y posición, forma de la pupila (horizontal, vertical, acorazonada), color del iris.
    • Patencia del tímpano y tamaño.
    • Presencia-posición de glándulas parótidas, engrosamientos glandulares situados tras los ojos, de forma más o menos arriñonada.
    • Presencia de pliegues dorsolaterales, arruga glandular que recorre el cuerpo desde la cabeza a las ancas.

3. Importancia ecológica

Los anfibios son activos depredadores de multitud de pequeños invertebrados (anélidos, gasterópodos, insectos, arácnidos, miriápodos…), a los que buscan activamente, acechan y capturan, engullendolos enteros, siendo eficaces e imprescindibles controladores de sus poblaciones. A su vez, constituyen una parte importante de la dieta de muchos reptiles, aves y mamíferos, siendo un importante eslabón de la cadena trófica. Su presencia y el estado de sus poblaciones son un indicador muy relevante del estado de salud de los ecosistemas a los que
pertenecen, especialmente de los acuáticos, siendo muy sensibles a las alteraciones y contaminación.

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