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Proponemos la declaración de sobreexplotación  del acuífero de la Mancha Oriental

 La regla de oro de la gestión del agua, que no se ha cumplido en los últimos 40 años en el acuífero de la Mancha Oriental, es extraer agua por debajo de la cantidad de recarga natural, es decir sacar menos agua de la que entra. Esto no ha sucedido y ha producido la pérdida de las reservas de agua del acuífero, con efectos dramáticos sobre los ecosistemas ligados al agua. Ante este panorama, la solución propuesta por el borrador del futuro Plan Hidrológico del Júcar es sustituir los bombeos del acuífero por aguas superficiales del río Júcar, sin atender a que las aguas superficiales y las aguas subterráneas forman parte de un mismo sistema. Además, concede nuevas reservas y asignaciones de agua, en una actitud de clara negación del problema.

Actualmente, en la Mancha Oriental, hay más de 110000 hectáreas de regadío, y a esto añadir el imparable y exponencial crecimiento de las concesiones de nuevos pozos de 7000 metros cúbicos por hectárea para el riego de leñosas. Regar viña, almendros, pistachos, y olivos, cultivos tradicionalmente de secano, es un insulto ambiental, la puntilla al acuífero. Sin olvidar los cultivos de verano, altamente demandantes e insostenibles, como el maíz, la alfalfa, o la cebolla. 

Según datos del borrador del futuro Plan Hidrológico, el déficit de entre extracciones y recarga sería de 45,8 hectómetros cúbicos/ año (2013-2018), lo que significa, en palabras llanas, que se sacan 45,8 hectómetros cúbicos más de los que se recargan anualmente. A pesar de que según estas cifras no se deberían superar los 220 hectómetros cúbicos de extracciones, el Plan Hidrológico concede la extracción de 300 hectómetros cúbicos, con un horizonte de 275 hectómetros cúbicos para el año 2027. 

Esta masiva extracción de agua ha invertido la relación acuífero-río, mientras que en la década de los setenta y principios de los ochenta el acuífero aportaba al río más de 400 hectómetros cúbicos al año, tras la nefasta gestión desde entonces hasta la actualidad, con una "barra libre" de concesiones, el río se llega a convertir en donante al acuífero, perdiendo entre los años 2000 y 2009 casi 100 hectómetros cúbicos anuales hacia este, llegándose a secar completamente un largo tramo del río Júcar. Tras una mínima e insuficiente recuperación, motivada por unos buenos años hidrológicos, a partir del 2013-14 vuelve la inexorable tendencia a la baja.

Pese a esta alarmante situación, el Júcar soporta trasvases al Vinalopó, al Turia, a la ciudad de Albacete, y, ahora, la sustitución de bombeos para los regadíos de la Mancha Oriental.

Por todo esto, el borrador del futuro Plan Hidrológico consolida el expolio y renuncia a la reversión del desastre ecológico, dando pasos decididos hacia un horizonte de colapso ecosistémico en un futuro próximo.

Así, desde ACEM, pensamos urgente la declaración de sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental, lo que llevaría asociadas las siguientes medidas:

-  Revisión a la baja de las grandes concesiones, con gran impacto ambiental y bajo retorno social, que solo contribuyen al enriquecimiento obsceno de los aguatenientes y al colapso ecosistémico. 

-  Revisión, asimismo, de concesiones menores que causan afectaciones ambientales graves, como las de los nuevos regadíos de leñosas con una relación directa en la pérdida de fuentes y manantiales en espacios protegidos. 

-  Eliminar totalmente cultivos de verano altamente demandantes de agua, claramente insostenibles en la España seca.

-  No conceder nuevas dotaciones, suspensión de reservas y de las concesiones de pozos de 7000 metros cúbicos.

-  Reducción a un máximo de 220 hectómetros cúbicos anuales la asignación para regadíos en La Mancha Oriental incluyendo los 80 hectómetros cúbicos asignados de aguas superficiales dentro de estos 220 hectómetros cúbicos/año de máximo. 

Puedes consultar una valoración detallada del Plan hidrológico cuenca. Ciclo 2022-2027 pinchando aquí

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