La Comunidad de Madrid solo produce un 4% de la energía que consume, lo cual la convierte en un enorme sumidero, y a los territorios circundantes, Extremadura, Castilla y León, Aragón, y Castilla-La Mancha, en territorios de sacrificio. No somos territorios sacrificio únicamente lo tocante energía, pero este es el agravio más palpable y actual, junto con el de la ganadería industrial.