Frente a la imagen tradicional de la Mancha como una extensa y seca llanura, existe una Mancha en la que el agua es la auténtica protagonista del paisaje. De hecho, se conoce como La Mancha Húmeda al conjunto de humedales que se originan en la cuenca alta del río Guadiana.
Sin embargo, la intensa explotación de las aguas subterráneas, con destino a regadío principalmente, ha derivado en una larga lista de atropellos ambientales y sociales:desecación de humedales y ríos, combustión de turberas, descenso del nivel freático de los acuiferos, guerra de pozos como mecanismo de asignación de agua, salinización del suelo fértil, destrucción de refugios de avifauna, etc.